martes, 9 de agosto de 2011

Crímenes Pasionales…!

Desde que existe el amor sexual, los celos son la causa más importante de los crímenes pasionales. Homicidios-suicidios pasionales responden a ese sentimiento que aparece ya en la edad media. La Modernidad con su carga de progreso crea, al sujeto-individuo y con él todas estas nuevas formas de comportamiento… y sin hacer alusión a nadie, Puerto Cabello ha tenido varios de estos episodios.
No obstante, aunque en nuestro país no es nada nuevo el fenómeno de las lesiones, homicidios y suicidios de tipo pasionales, la gravedad con la que se presenta el problema hoy, nos obliga a prestarle una dosis extraordinaria de atención. En la región hemos visto como en los últimos meses, la prensa reseña casos de este tipo con una frecuencia que genera alarma en toda la población en general (¡Que Tronco e’ Marrón!). Aparte de las consecuencias que para los protagonistas y sus familiares puedan tener estos acontecimientos, el efecto de aprendizaje para las nuevas generaciones, podría ser demasiado destructivo. Es por ello que se hace necesario realizar un análisis del fenómeno que nos permita hacer propuestas en función de la prevención de este problema que se ha convertido rápidamente en un jinete del Apocalipsis de la violencia social en general.
En atención a esto nos preguntamos, ¿Cuáles son los factores que intervienen para que se produzca este fenómeno?..... Estos son algunos:
1.- El exceso de concentración afectiva del hombre contemporáneo en la vida afectiva conyugal, es el resultado de la pérdida de importancia afectiva de la madre como devoción central para del venezolano. El hombre está invirtiendo mucho más desde el punto de vista afectivo en las relaciones de pareja que antes, pues la mujer estaba más desvalorizada en el mercado de valores sexuales.
2. Esto exarceba las pasiones posesivas del hombre que ante la emergencia de la mujer como “Sujeto de libertad” y por tanto con capacidad de elegir que puede en cualquier momento terminar con una relación de pareja cuando ésta no le convenga. Este caos está generando una respuesta necesidad de posesión excesiva por parte del hombre hacia la mujer como un mecanismo de defensa.
3.- La emergencia de la mujer como sujeto en la sociedad contemporánea, está produciendo el fenómeno que denominamos como “crisis de fundamentación del macho-propietario”. El hecho de que la mujer en esta época pueda ser profesional, tener capacidad económica, tener derechos iguales que el hombre y por tanto capacidad para elegir, está generando una situación que está siendo vivida por el varón como de “castración”. Esto está provocando reacciones de compensación fálica que genera comportamientos violentos, de maltrato y hasta de muerte.
4.- La disolución de las redes de “apoyo afectivo” que constituían la familia y parientes en general, los amigos, etc., crea situaciones de desarraigo afectivo que impide el manejo colectivo de los conflictos pasionales y por tanto la soledad ante estas situaciones. Por otra parte, en la sociedad tradicional existían diversos mecanismos sociales que permitían ayudar en el manejo de la situación conflictiva pasionales como el “despecho”, “la rockola y la mesonera”, etc.
5.- El estado de angustia en general que nos inunda ante un mundo caótico, de gran incertidumbre; al lado de la pérdida del poder de mantenimiento espiritual de la religión, puede y de hecho lo está haciendo, conducirnos a estados de desesperación que nos aconseja el “suicidio colectivo”. La muerte vista como única salida ante los problemas responde a formas de pensar que se fundamentan en una visión trágica de la vida, vale decir, no hay mañana, no hay un más allá, todo termina aquí y por lo tanto la solución es la muerte          (Pendejos)
No hay soluciones totales y definitivas para situaciones tan complejas como ésta, pero pudiéramos hablar de algunas vías que pueden servir como contribución en la solución del problema:
1.- Restablecer la espiritualidad de la gente en general es una necesidad mucho mayor que cualquier otra, incluyendo las metas de tipo socioeconómicas y sociopolíticas.
2. Restaurar las redes de proximidad afectiva familiares, comunitarias, laborales, etc. Esto no es muy fácil, pero tampoco es imposible.
3.- Cambio de mentalidad, sobre todo en el campo masculino para producir una aceptación de la realidad con respecto al nuevo papel de la mujer hoy en día, en nuestra sociedad. De guerra de los sexos debemos pasar a “convivencia y complementariedad de los sexos”, para que no existan mas derramamientos de sangres por celos. ……….. Date pues……¡ por ahí nos vemos…!
(*) Licenciado en Comunicación Social
Mención Desarrollo Social
Director emisora Océano 91.1 fm

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