“Morir, es la ley de la vida. Ojalá tus restos se conviertan en trocitos y se eleven al cielo, para que al caer la noche, se conviertan en las estrellas más luminosas de todas y así enamorarnos de ellas… ver marcado tu faz, con la brisa que acariciará nuestros rostros, sabremos que tu siempre compartirás, cada instante y cada minuto, en nuestra memoria porque sabemos que tu, estas con nosotros desde ahora y para siempre”. Es un fragmento de un poema de Romeo dedicado a su amada Julieta. Robert Kennedy, con un profundo dolor que agobiaba su pecho y su voz temblorosa, lo leyó en el funeral de su hermano John Fitzgerald Kennedy, muerto en Dallas, EE.UU, en 1962, ante una multitud impresionante. Detrás del presidente Kennedy, siempre estuvo su “Hermano”, un joven abogado y recio fiscal de la república de su entonces; obsequiándole su saber, su sabiduría, sus consejos y siempre otorgándole conocimientos para llevar a su nación. “No solamente mataron al Presidente de EE.UU…. mataron mi corazón, mi amigo… mi hermano”, manifestó Robert a la prensa. Lee Harvey Oswald, el francotirador que le segó la vida a John F. Kennedy fue asesinado por Joe Ruby. Ruby apareció ahorcado en la celda esa misma noche. Nunca se supo nada de ese asesinato y porque.
Robert, siempre con el recuerdo de su hermano, fue lanzado a petición de sus seguidores a la presidencia de su país. El menor de los Kennedy, exclamaba siempre que no podía aceptar la candidatura de su país por el respeto que le tenía su hermano asesinado. Aceptó la petición de su familia y el recuerdo de su hermano.
En un encuentro de partido en el hotel y saludando a todo el público que lo aclamaba, se acercó a la cocina y un chef de nombre Sirham Sirham, le asestó un tiro a quemarropa. Esto sucedió en 1969. Ted Kennedy, joven senador por el estado de Massachusetts, también le rindió homenaje a su hermano Robert. “Gracias a Dios por haberlos tenido a ustedes como hermanos (John y Robert), es lo mejor que me ha pasado”. Ted murió el año pasado como el último Kennedy, era conocido como “el León”.
Robert siempre estuvo al lado de su hermano. “Hermano, grandiosa palabra para él, poseía un valor incalculable y para cada uno de nosotros también. Qué bueno es tener hermanos que están contigo en las buenas y en las malas, en nuestra infancia, jugando y ayudándonos, contándonos siempre nuestras inquietudes y problemas personales, en las alegrías y tristezas. Así discutamos, nos enfademos o no nos hablemos, siempre estaremos unidos por la sangre, porque nuestras discusiones se olvidan rápido sin guardar rencor.
El cantautor panameño Rubén Blades, en una de sus canciones emanaba en una de sus letras: “Por mas discusión que haya dentro de tu casa (…) familia es familia y cariño es cariño. Qué bueno es compartir con nuestros hermanos, porque venimos de un mismo ser, que nos dio la vida. Es un homenaje a cada hermano (a) de usted que siempre contaremos con ellos; no importando la edad que tenga, porque de nuestros hermanos también aprendemos… ¡Gracias por ser mi hermano!.... Robert tuvo su propio brillo y su propia sombra. Quise tocar este tema para unirnos mas como hermanos no solamente el consanguíneo con todos nuestros conocidos y no. Es ser una sociedad donde todos nos respetemos, todos nos toleremos, todos vivamos en paz y armonía. ”…..Date pues…… ¡por ahí nos vemos…!
(*) Licenciado en Comunicación Social
Mención Desarrollo Social
Director emisora Océano 91.1 fm
Sinopsis: Publicado en el año 2003. Un homenje a la familia.
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