martes, 9 de agosto de 2011

Hala Mecate……!

A veces me rascó la cabeza muchas veces para comenzar a redactar algunos temas engorrosos de lo que veo a diario. Lo que “usted” ve cotidianamente, lo que todos observamos. Claro está, que todo lo que redacto es netamente mi responsabilidad sin hacer alusión a nadie, pero lo que está a la vista no necesita anteojos, ya que los artículos son para un colectivo. Algo fuerte varias veces, pero didácticos a mi entender.

Estuve rato buscándole la vuelta a como llamarle a estos  “señores (as)” que nacieron con ese extraño “don” de “adular, halagar, lisonjear, loar, glorificar, exaltar, enaltecer, encumbrar, realzar, elevar ” a algún jefe o persona importante en cualquier trabajo, estudio o circulo social para ganarse su confianza sin importarle nada y como de lugar, para “acomodarse” al lado de su superior sin tener la mas mínima vergüenza de humano para lograr su cometido, tratando de obtener algún beneficio con su acción y “rayándose” con sus iguales con sus acciones, que dejan mucho que desear. La palabra “ridículo” se le borró del diccionario mental.

Pululan en grandes cantidades en nuestra sociedad, cual larva maligna de infección. Con lengua viperina de una serpiente pero encarnado como un actor humano, teniendo un comportamiento signado por la adulancia hacia a alguien que ostentan el poder. Cual bufón de la Realeza, con sombrero multicolor y campanitas en las puntas de las zapatillas para hacerle todo los mandados y hacer reír con su comportamiento a su jefe (ellos lo asumen como su amo)…. Será..!!!

Nunca tienen un perfil bajo, se ganan la confianza de sus superiores y lo invitan a comer y a conocer su familia, o haciéndole regalos constantes para mantenerlos alegre (el cual no es malo y algunos los nombran hasta compadres) pero usan esa confianza para golpear o inflársele el pecho con un poder ficticio que no es de él o ella. Los intereses de su jefe lo cuidan cual perro rabioso a su hueso “sin motivo alguno”. El premio solo es que su superior le pase la mano para doblar las orejas y mover la cola y claro sumar puntos. Parecen unos bailarines de ballet que al danzar de puntillas, brincan y lanzan flores hacia arriba cuando hacen algo agradable al jefe.

Lo consiguen en todo los lados y se multiplican como en una carrera de relevo pasándole el “testigo” al siguiente corredor que hace el mismo papel o le serrucha el puesto. Tienen una labia impresionante y saben de todo.

No tienen personalidad ni criterio propio porque carecen de ello, son personajes inseguros o analfabetos en funciones que dependen de artimañas para no hacer nada y como dicen ellos: es mejor halar en la sombra que echar escardilla. Solo sirven para hacer mandados y estar pendiente de lo que esta haciendo el otro para montarle cacería de brujas y mal ponerlo con su jefe para ganar más puntos. Hey, existen jefes, superiores o cualquiera denominación que “repelen” a estos señores porque tienen criterio propio y lo mandan al cipote.

Algunos clavan sus afiladas garras y colmillos en los cuellos de muchos y se enquistan por años (algunos consiguen hasta la jubilación). Alcaldías, gobernaciones, trabajos, aduanas, escuelas y mucho mas están “repletos” de estos vivos, porque muchas veces no trabajan y ganan hasta mas que el mejor de los trabajadores, claro son unos artistas. Muchos se disfrazan de sindicalistas.

En los archiconocidos micros de Porfirio Torres “Nuestro Insólito Universo” que desde hace años nos deleita con sus investigaciones, descifró varios “Venezolanismo” entre lo que se encontraba (que no son grosería): “Halar Bolas y Echar Paja” la cual explicaba con el primero descritos que en la época colonial, los presos le colocaban “grilletes” en los tobillos para evitar su huida e instalarlos a realizar trabajos fuertes. Algunos reos, le “halaban la bola” de los grilletes a los más fuertes para colocarlo a su lado y evitar ser envestido por otro preso. Con el segundo de los nombrados, Torres explicaba en sus famosos relatos, que los presos “tapaban” con esta hierba seca “las bolas” de los presos que lograban zafarse y si a alguno se le ocurría la brillante idea de delatarlo con los gendarmes de la época le decían: Te vamos a echar paja e incendiar.

Un cantante de música llanera le dedicó un pasaje donde le decía que él también es un Hala Bolas
Halar: Tirar hacia si de una cosa. Acción y efecto de atraer mediante alguna cuerda de un extremo a otro algún peso. Bola: Masa circunferencial que posee 360° grados con cierto peso. Si algún comentario le queda a alguien como anillo al dedo es “mera casualidad”. ……….. Date pues…… ¡ por ahí nos vemos…!


(*) Licenciado en Comunicación Social
Mención Desarrollo Social
Director emisora Océano 91.1 fm

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