martes, 9 de agosto de 2011

Exorcismo…!

El Diablo existe. Se mete en el cuerpo y en el alma. Araña, blasfema, vomita. Se ríe de Dios. El diablo aúlla, patalea, suda… Al menos así lo creen la fe católica y sus cazademonios. La psiquiatría ha explicado un sinfín de supuestos casos de posesión, pero algunos, muy pocos, son suficientes para pensar que el diablo es cosa seria.

         El sacerdote entra en una habitación. El ambiente es tenso y la temperatura es muy baja. Una joven maldice con voz e idiomas diferentes a ella. Está atada a la cama.

Su aspecto es deplorable y sus ojos tienen una mirada retadora y socarrona. Cuando el padre le pregunta quien es, ella contesta: “Soy el demoniooooo” (veeeeerga!!!!)….”Ahora, por favor desátame”. Cuando William Peter Blatty escribió The Exorcist en 1971, lo hizo basándose en un caso que  supuestamente había ocurrido en Cottage City. Maryland, 21 años antes. En él, un joven sufrió una posesión demoníaca y fue exorcizado primero por el clérigo E. Albert Hughes y después por el reverendo William Bowdern.

El niño de 13 años experimentó distintas manifestaciones paranormales. La cama en la que dormía se sacudía con violencia, frecuentemente aparecían laceraciones en su piel y algunos objetos caían al piso en su presencia. Después de llevar a una clínica mental  acudió a un gran número de médicos,  los padres del adolescente decidieron recurrir a la iglesia.

En el primer intento, el sacerdote Hughes resultó herido con un resorte de la cama del pequeño. Todo el rito duró dos meses, hasta que el niño, al que los diarios llamaron Roland, tuvo una visión de San Miguel matando al demonio.

         El rito del exorcismo está contemplado dentro de  los sacramentales, signos sagrados que imitar a los sacramentos en los que se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la iglesia católica. Mediante ellos, se reciben los efectos principales del sacramento y los acontecimientos de la vida son santificados.

Entre estas acciones se incluyen las bendiciones que reciben los creyentes y los objetos de manera habitual, y otras que tienen un resultado permanente. Lugares como una iglesia o un altar, copas, santos, óleos y otros elementos que estén reservados para objetivos litúrgicos son merecedores de estos ritos sacramentales. El exorcismo está incluido. Según el catecismo de la Iglesia Católica Romana, el exorcismo es una manera de oración que la iglesia usa contra el poder del diablo. Sólo puede utilizarse cuando una persona y objeto ha sucumbido ante la influencia del demonio y la iglesia pide públicamente la liberación de este poder.

Un modo básico de este rito se presenta durante el bautismo, inicialmente un sacramento que tiene el propósito de salvar del pecado original y la muerte, además de liberar el bautizado de él para poder entrar en el reino de Dios. De ahí que los bautistas que lo realizaban ante de la era de Jesucristo sean considerados los primeros exorcista. De acuerdo con la tradición cristiana, el propósito de la llegada del Nazareno fue el de liberar a los hombre del pecado y del mal, así como de la influencia de los espíritus malignos. Jesús realizó los primeros exorcismos reconocidos por la tradición católica al expulsar a los demonios que poseían a los atormentados.

En el Evangelio según San Marcos se habla de un hombre que “no podía ser atado por cadenas”, y “andaba por los montes hiriéndose con las piedras”. Jesús ordenó al “espíritu inmundo” que saliera y, después de expulsarlo, lo envió a una piara, la cual se lanzó a un barranco.

El también llamado exorcismo solemne o gran exorcismo, solo puede ser llevado a cabo por prebístero y mediante el permiso del obispo diocesano  en turno. Esta autorización puede tener vigencias variables y limitarse a un caso en particular o permanente. La función principal del exorcismo es expulsar al demonio o de su influencia diabólica…. Me gusta investigar, estoy haciendo periodismo investigativo…. Algo diferente, para reventar el estereotipo…….creo en Dios…. ¡ Date pues!.......¡ Por ahí nos vemos!.....

        
(*) Licenciado en Comunicación Social
Mención Desarrollo Social
Director emisora Océano 91.1 fm

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